LA TERAPIA GESTALT, ALGO MÁS QUE PONER PARCHES
En contra de lo que todavía piensa mucha gente, no hace falta estar “enferm@” para hacer terapia, ni tener un problema gordísimo y aparentemente insoluble, aunque ésta es una buena razón para decidirse a empezar.
Comenzar una terapia nos puede ayudar, qué duda cabe, a superar la ansiedad, la depresión, las fobias, las adicciones, el estrés, los problemas de pareja, familiares o laborales.
Sin embargo, a la vez, hacer terapia supone empezar a recorrer un camino hacia adentro, realizar un recorrido por la propia vida y sus rincones luminosos y oscuros, para poder llegar a tener más autonomía sobre el propio carácter, sobre las cadenas del ego, y poder llegar a hacernos dueñ@s de la felicidad de la propia vida.
Desde la Terapia Gestalt profundizamos en el mundo interior de cada un@, aprendiendo a responsabilizarnos de nuestra vida y de nuestro momento actual, y esto nos posibilita llegar a entender por qué repetimos las mismas actuaciones, y atraemos los mismos problemas a lo largo de la vida.
Por ello, hacer terapia supone un compromiso con un@ mism@, una apuesta por la salud emocional, la responsabilidad, la acción en positivo y, en definitiva, por la vida y la propia felicidad.
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